22.1.06

Obra de Teatro XI -> Zabaleta debe tomar un descanso <-

Personajes:
El Gran Zabaleta
El Pato
Gordo en la playa, mujer cercana al gordo y demás playistas
Panchero
Neo-punk-surfista-concheto (All in one)
Martín Karadagián (El titán de Titanes en el Ring)

Zabaleta se sentía abrumado por su demoledor ritmo de vida, entonces decidió consultar con El Pato qué debería hacer para disminuir el riesgo de sufrir algún percance en su salud debido a tan atareado diario trajín. Aclaro, como antes lo he hecho, que El Pato, es un pato que cohabita con Zabaleta y de quien Zabaleta entiende sus graznidos como palabras y hasta frases que toma como consejos. Por tanto, colocaré entre "-->" y "<--" lo que Zabaleta comprende de los grznidos de El Pato.

En la cocina de Zabaleta...

Zabaleta: Pato, me siento agobiado y menoscabado física y psíquicamente por todo mi queacer diario.
Pato: Grrrr Cuac!!! --> Pero si no hacés nada, infeliz. <--
Zabaleta: ¿Cómo que no? He sido Abogado, juez, presidente de la Nación, árbitro de la liga de Baby Fútbol, he ayudado a Papá Noel... o a Godzilla, bueno no sé, pero lo que quiero destacar es que... bueno, tampoco sé eso.
Pato: Arghhhh Cuac Prrrrr !!!! --> Yo creo que deberías ir de vacaciones para poder despejar tu desolada mente. <--
Zabaleta: Entiendo... Mmm... Entiendo... sí... entien... ¿De qué estamos hablando?
Pato: Cuac --> Vacaciones. <--
Zabaleta: Ah, claro. Perfecto, me iré unos días al mar para cambiar aires. Empezaré a empacar, partiremos en la Estanciera.
Pato: GRRAAAAHHHHH!!!!! --> Yo no voy, prefiero conservar mi vida. <--
Zabaleta: Claro que con esas actitudes no llegarás nunca a ser senador. Iré solo, traigan mi espada, y un termo con jugo para el Tereré. Partiré al amanecer con o sin la ayuda de los Visigodos.

Zabaleta fue a preparar su equipaje que incluía: Salame milán y dos medias. A la mañana siguiente se despidió de El Pato y emprendió el viaje hacia la costa Atlántica. Luego de viajar dos días sin detenerse y de haber tomado mal la ruta 17 veces, Zabaleta llega a la costa. Llega literalmente a la costa en la Estanciera. Estaba asomado por la ventanilla gritando:

Zabaleta: Ahhhhhhhh!!!! Córranse!!!!!
Gordo en la playa: Es un borracho al volante!!!!
Mujer cercana: No!!! Es el Dr. Zabaleta!!!! Dios mío, no va a frenar.
Zabaleta: Ya no tengo control sobre el móvil....!!!

La gente se hace a un lado y el vehículo termina frenado por el mar. Zabaleta se baja, saca su equipaje y se dirige hacia la playa donde toda la multitud lo mira impresionada. En ese momento Zabaleta se frena y hace un gesto levantando el pulgar y mordiéndo su labio inferior.

Gente en la playa: LO HIZO!!!!
Zabaleta: Como podrán ver no pierdo la calma ni en los momentos más tensos.

En ese momento se le caen los pantalones.

Zabaleta: ¿Lo ven? ni si quiera me importa.

Salió del agua y se fue caminando sin levantar sus pantalones, que perdió luego de unos cuantos pasos, hasta un puesto de panchos que había en la playa.

Zabaleta: Oiga, buen hombre. Necesito una habitación para seis.
Panchero: No soy un hotel.
Zabaleta: ¿Ah no? ¿Donde puedo conseguir uno?
Panchero: No creo que a esta altura encuentre alojamiento tan sencillamente.
Zabaleta: Perfecto, hablaré con el intendente. Lléveme hasta él.
Panchero: No puedo. No debo abandonar mi puesto.
Zabaleta: ¿Es un soldado? Mmmm... comprendo... no abandone su lucha. Yo me las ingeniaré.

Zabaleta se retira caminando, se frena en la mitad de la playa y justo cuando pasa un neo-punk-surfista-concheto le grita en el oído:

Zabaleta: TAXIIIII!!!!!!!!
Neo-punk: ¿Que gritás? ¿No ves que no soy un taxi? ¿Qué te pasa?
Zabaleta: Noto que su tono no es pertinente para referirse a mí amistosamente.
Neo-punk: Te voy a hacer...
Zabaleta: No puedo tolerar que hable así del Papa, es amigo mío.
Neo-punk: Uh, ya fue, te voy a...

Zabaleta lo escupe en la cara y en el momento en que el neo-punk quiere golpearlo aparece Martín Karadagían, el titán de Titanes en el Ring.

Karadagián: Si tocás al Dr. Zabaleta, te hago pelota.
Neo-punk: No, todo bien, man... ningún problema, men man men...
Karadagián: ¿Está bien Doctor?
Zabaleta: Sí, muchas gracias Profesor.
Karadagián: ¿Profesor?... Bueno, no importa. Doctor, necesitaría que utilice sus poderes para solucionarme un problema...
Zabaleta: Excelente, alguien que sí confía en mí y no cuestiona mis poderes... Sólo deme un momento...

Zabaleta cierra los ojos y hace fuerza con el brazo derecho levantado... Luego de unos minutos...

Zabaleta: Listo profesor... ya solucioné todo.
Karadagián: Pero si yo...
Zabaleta: Silencio, confíe en mis poderes.
Karadagián: Lo haré, muchas gracias.
Zabaleta: A usted también. Utilice efectivo solo en las compras de poco monto.
Karadagián: ¿Eh?

Zabaleta se retira hacia la municipalidad a hablar con el intendente para buscar un alojamiento. Gracias a Martín Karadagián puede irse una vez más ignorantemente victorioso.

F I N

19.1.06

Obra de Teatro X -> Zabaleta en los designios del azar <-

Debo agradecer a Guillermo, Alejandro, José y Pablito, sin los cuales esta historia nunca hubiese surgido.

Personajes:
El Gran Zabaleta
Seguridad del Casino
Hombre de la caja del casino
Crupier de Punto y Banca
Húngara enojada
Crupier de BlackJack
Japonés apostador
Hombre de la ruleta

Zabaleta ha llegado a un casino para probar su suerte en juegos de azar. Entra por la puerta principal vestido solo con una toalla colocada en su cintura.

Seguridad del Casino: Disculpe, pero no puede entrar así, está casi desnudo.
Zabaleta: Si no entro completamente desnudo es sólo porque así lo deseo, ahora apártese o sufrirá las consecuencias imprevistas de mi ira.
Seguridad: Le reitero que así.... Un momento... usted es el Dr. Zabaleta.
Zabaleta: En efecto.
Seguridad: Claro que puede ingresar como usted quiera, solo deberé pedirle que no se quite esa toalla por la impresión que puede causar a los demás apostadores que huirán del casino y padeceran todo tipo de problemas psicofísicos.
Zabaleta: No puedo prometerlo, pero prometo prometerlo más adelante.

Zabaleta se dirigió a la caja para cambiar efectivo...

Zabaleta: Buenas noches. Cámbieme todo esto por fichas.
Hombre en la caja: No puedo evitar notar que me está entregando una fotografía de usted desnudo.
Zabaleta: Lo sé. ¿Acaso no la considera de valor suficiente para entregar por ella grandes sumas de dinero?
Hombre en la caja: No.
Zabaleta: Veo su punto. ¿Y si le doy esto?
Hombre en la caja: Esos billetes fueron quitados de circulación en 1955.
Zabaleta: No comprendo completamente los cambios del capital. Bueno, con esto bastará.

El hombre en la caja le entrega a Zabaleta la suma total de 100 pesos en fichas del casino. Ahora Zabaleta se dirige a la mesa en donde se está jugando Punto y Banca, juego que por supuesto no entiende.

Zabaleta: Todo al rojo.
Crupier: Esto no es la ruleta, debe esperar su turno y además no pararse sobre la mesa.
Zabaleta: Comprendo.

Luego de unos minutos.

Zabaleta: Lo compro.
Crupier: No es un remate y ahora no está parado sobre la mesa, pero sí lo está haciendo sobre una húngara que está quejándose y maldiciéndolo.
Zabaleta: Y con razón. Bueno, es suficiente me retiro de este juego de incomprensible funcionamiento.

Se acerca a la mesa de Black Jack en donde está apostando un japonés que no tiene el más mínimo conocimiento sobre el juego.
El crupier le reparte una carta al japonés.

Japonés: Otla, otla.
Crupier: Debe esperar.
Japonés: Ah, sí.
Zabaleta: Me uno a su actividad lúdica.

El crupier termina la mano, en la que el japonés pierde 100 pesos y dos pares de calzoncillos y comienza a repartir, esta vez contando a Zabaleta.

Crupier: ¿Dobla su apuesta?
Zabaleta: ¡No me confunda! No tengo la más mínima idea de qué es eso, pero por supuesto que he de aceptar el desafío.
Japonés: Yo también!
Crupier: No, usted no chino idiota.
Japonés: Ah, sí.

Misteriosamente el crupier termina de dar las cartas y Zabaleta obtiene rédito económico por la idiotés q acaba de hacer.

Zabaleta: ¿Qué diablos ha sucedido? ¿Me está robando dinero?
Crupier: No, doctor. Usted ha doblado la apuesta y cuando yo le entregué.... bueno no importa, lo que importa es que ganó dinero.
Zabaleta: Entiendo.

En ese momento Zabaleta cae dormido sobre la mesa de juego. Cuando se despierta le pega una cachetada al japonés a quien le roba todas sus fichas acusándolo de complotar contra la nación y se va a otra mesa. Se acerca a la ruleta...

Hombre de la ruleta: No va más!
Zabaleta: ¿Cómo que no va más?
Hombre de la ruleta: Sí, eso se dice cuando la bola....
Zabaleta: Silencio, aquí soy yo quien decide cuando va o no va.
Hombre de la ruleta: No, disculpe pero...
Zabaleta: ¿Está cuestionando mis poderes? Si yo quisiese podría transformarlo en tragamonedas y obligarlo a usar a su propia familia como fichas. Mire, puedo hacer que ese japonés vomite sobre la mesa.

Zabaleta señala al japonés que está aún en el BlackJack intentando apostar sus propio cabello. Al momento en que lo señala comienza a hacer sonidos guturales hasta que increíblemente el japonés vomita.

Zabaleta: ¿Ve? lo he logrado.
Hombre de la ruleta: No ha logrado nada, ese japonés siempre apuesta su propio vómito.
Zabaleta: Mmmm... aquí solo intentan confundir mis claros pensamientos... Pero es interesante, no sabía que podía apostarse eso.
Hombre de la ruleta: No se puede, ahora ese japonés será retirado por los guardias quienes lo usarán como divertimento durante horas, hasta la madrugada.
Zabaleta: No puedo permitirlo. Iré a rescatarlo. Traigan mi capa y alisten el corcel.
Hombre de la ruleta: no tiene capa, y vino aquí en bicicleta.
Zabaleta: No importa, me teletransportaré.

Zabaleta salió corriendo a intentar rescatar al japonés tarado que esta a punto de ser golpeado por guardias del casino. El hombre de la ruleta lo ve alejarse, una vez más, ignorantemente victorioso.

F I N

 
Creative Commons License
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina.