10.9.07

Obra de Teatro XXI -> Zabaleta soluciona los problemas electorales <-

Zabaleta: ...y claro que, entonces, se hace innecesario suponer la existencia de una entidad superior que nos orienta moralmente, o que, en todo caso, juzga nuestros comportamientos descarriados con excelsa imparcialidad.
Kiosquero: Por dios, basta! ¿Se va a llevar la gaseosa o el jugo de naranja?
Zabaleta: Deme la gaseosa, un sándwich de bondiola y tres preservativos que usaré, oportunamente, como goma de mascar.
Kiosquero: Bueno, acá está. Seis con cuarenta todo.
Zabaleta: Aquí tiene. Quédese con el cambio.
Kiosquero: Con esto no le alcanza.
Zabaleta: Tome esto entonces.
Kiosquero: Esto ni siquiera es dinero.
Zabaleta: Bueno, suficiente. No voy a tolerar esta falta de respeto.

Luego de decir estas palabras, Zabaleta se saca los pantalones y se retira del kiosco.

Zabaleta llega al centro de cómputos, dónde se estaban contando los votos de la reciente elección. Habla con un gendarme que se encontraba en la entrada...

Zabaleta: Usted debería saber quién soy yo. Apártese de mi camino y déjeme pasar.
Gendarme: ¿está masticando un preservativo?
Zabaleta: Por supuesto.
Gendarme: Ay dios. Bueno, de cualquier manera no puede pasar.
Zabaleta: A mi nadie me niega nada... excepto en aquella ocasión...

------ Recuerdo de Zabaleta ------
Zabaleta: Buenas noches, deme 200gr de mortadela.
Hombre de la despensa: No me queda.
Zabaleta: Esto no se ha terminado. Recuerde bien mi cara.
-------- Fin del recuerdo --------

Zabaleta: Y cómo me he vengado de ese necio. No me haga usar mis capacidades sobrehumanas para lograr allanar el camino, apártese y será perdonado sin más.
Gendarme: Le dije que no puede ingresar. Además usted no tiene poderes.
Zabaleta: ¿Está dudando de mis capacidades? Enfréntese a mi ira ahora.

Zabaleta levanta los brazos y comienza a correr en círculos produciendo ruidos guturales indescifrables. En eso se asoma una persona de adentro...

Persona que se asoma: Ese es el Dr. Roberto Zabaleta y veo que ha desatado su ira. Lo estábamos esperando, déjelo entrar antes de que se orine encima o se pierda y haya que buscarlo nuevamente en la frontera con Bolivia.
Gendarme: Entendido. ¡Doctor! Venga por aquí, disculpe que no lo he conocido, me dicen que lo estaban esperando.
Zabaleta: Claro que sí, necesitan mis conocimientos. Queda usted dispensado del castigo semi apócrifo de mi venganza.

Zabaleta ingresa a una sala llena de computadoras y de personas trabajando. Una persona se acerca y le entrega unos papeles...

Zabaleta: Mmm... entiendo... entiendo... entonces no conviene atacar desde el norte.
Persona que le dio la hoja: ¿Qué? Estos son los resultados del recuento de los votos. No hay que atacar a ningún lado.
Zabaleta: ¿No? ¿Y por qué no me impidieron ponerme la armadura?
Persona que le dio la hoja: Lo creímos inevitable.
Zabaleta: Y bien lo hicieron. Ahora... oigan todos. Sé que estuvieron teniendo problemas, sé cuáles son los problemas, y sé cómo resolver todo. Vamos a necesitar a los fiscales de todos los partidos, dos baldes repletos de gasolina, cuatro réplicas exactas de la torre de Pisa...

Zabaleta se queda dormido. Luego de unos pocos minutos se despierta...

Zabaleta: Y consíganme a dos cabras.

Zabaleta vuelve a quedar dormido y luego de otros minutos más se despierta nuevamente...

Zabaleta: Esas cabras deberían estar aquí hace rato.

Hombre que trabaja en el centro de cómputos: Ya conseguimos todo lo que pidió. Sinceramente no entendemos para qué es todo esto, pero nos ordenaron no cuestionarlo.
Zabaleta: Sabia orden, y bien por ustedes por cumplirla. No imagina siquiera lo que podría suceder si no acatan mis pedidos. Ahora harán exactamente lo siguiente: que todos los fiscales me esperen en el patio; muéstrenme dónde están las urnas y lleven los baldes hasta allí; dispongan las pequeñas torres en forma de cruz fuera de la sala de las urnas; cierren la puerta; esperen fuera y permitan que obre con tranquilidad y meditación. ¿Entendido?
Hombre que trabaja en el centro de cómputos: Claro que sí.

Todo se hace de la forma en que Zabaleta ordenó. Luego de unas horas Zabaleta reaparece despeinado y sin pantalones en donde estaban todos los fiscales...

Zabaleta: Ya está, quemé todas las urnas.
Fiscales: (Entre gritos) ¿Qué?
Zabaleta: Sí, se acabó todo el problema. A partir de este momento no hay gobernador y reinará el caos y el desconcierto hasta que comprendan el mensaje de las cabras.
Hombre del centro de cómputos: No conseguimos las cabras.
Zabaleta: Entonces están completamente perdidos. Pero tranquilos, me haré cargo de la gobernación por el período que estipula la Ley, o hasta que yo quiera. Ahora basta de trabajar, llamen a los de la legislatura y díganles que hagan una Ley o algo así.

Zabaleta se sienta en una silla y se queda dormido ignorantemente victorioso.

 
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