Al Negro Fontanarrosa
Parado frente a una pared, pero pensando que es una multitud que está ansiosamente esperando sus palabras, encontramos al Dr. Roberto Zabaleta en su primera aparición pública en mucho tiempo.
Zabaleta: No podía quedarme en silencio y con tanta tristeza dentro mío. Me he enterado del fallecimiento de quien sigue siendo un maestro para todos los que intentamos reir aunque estemos en medio de una tormenta, mojados y cagados de frío. Hoy me cuesta reirme, porque cada sonrisa me recuerda alguna situación de tus cuentos, Negro. Pero van a pasar las lágrimas y mañana y siempre van a quedar sólo las sonrisas. Hoy, más que nunca, no me importa cuidar las formas, no me importa decir mierda, o pelotudo, o hijo de mil putas. Y no me importa porque tengo bronca y no encontraía otras palabras para decir: ¿quién fue el pelotudo que se llevó al Negro en vez de llevarse a tanto hijo de mil putas que anda por ahí? Me cago en la mierda.
Zabaleta cree escuchar, en la inexistente multitud, aplausos mezclados con llantos y risas. Baja la cabeza, se tropieza y se retira ignorantemente victorioso.
Nota del autor: Negro, me cagué de risa con tus libros.
Parado frente a una pared, pero pensando que es una multitud que está ansiosamente esperando sus palabras, encontramos al Dr. Roberto Zabaleta en su primera aparición pública en mucho tiempo.
Zabaleta: No podía quedarme en silencio y con tanta tristeza dentro mío. Me he enterado del fallecimiento de quien sigue siendo un maestro para todos los que intentamos reir aunque estemos en medio de una tormenta, mojados y cagados de frío. Hoy me cuesta reirme, porque cada sonrisa me recuerda alguna situación de tus cuentos, Negro. Pero van a pasar las lágrimas y mañana y siempre van a quedar sólo las sonrisas. Hoy, más que nunca, no me importa cuidar las formas, no me importa decir mierda, o pelotudo, o hijo de mil putas. Y no me importa porque tengo bronca y no encontraía otras palabras para decir: ¿quién fue el pelotudo que se llevó al Negro en vez de llevarse a tanto hijo de mil putas que anda por ahí? Me cago en la mierda.
Zabaleta cree escuchar, en la inexistente multitud, aplausos mezclados con llantos y risas. Baja la cabeza, se tropieza y se retira ignorantemente victorioso.
Nota del autor: Negro, me cagué de risa con tus libros.
2 comentarios:
y que nunca se pierdan las sonrisas y la memoria
Vivo en Rosario... Y siempre quise conocerlo... En fin... A su memoria (a falta de palabras propias).
Publicar un comentario