28.6.08

Obra de Teatro XXVI -> La velada romántica de Roberto Zabaleta <-

Antes de dar comienzo al relato de tan ilógica aventura quiero comentar que pude vencer al demonio y regularizar la materia de la que había hablado en el post anterior. En cumplimiento de lo pactado (con nadie, seguramente) aquí hay una nueva aventura del Dr. Roberto Zabaleta...

Era en sus años mozos. En la universidad. Zabaleta había conseguido que una señorita acepte una invitación suya a cenar a su departamento. Había preparado, de forma más o menos aceptable, algo que se asemejaba a una pizza. La señorita llegó y Zabaleta la recibió vestido solamente con un delantal de cocina, lo que alarmó a la convidada, de no ser por el tono relajado con que Zabaleta habló...


Zabaleta: Señorita... por fin ha llegado. Mentiría si digo que la estaba esperando, debido a mi incorrecta vestimenta, mas con su permiso me alistaré.

La muchacha, a pesar de su estado de alerta debido, en primer término a la palmaria desnudez de su anfitrión y en segundo lugar al modo en que había sido invitada, ingresó a la vivienda de Zabaleta...

----- Recuerdo de la invitación -----
Zabaleta: Hola Uooooooooooooooghhhhhhhhhh...
Muchacha: ¿Estás bien?
Zabaleta: Claro que sí. Uoghhhhhhhhhhhhhhhhh...
Muchacha: Entonces ¿por qué estás vomitando en una palangana?
Zabaleta: Simplemente porque así debe ser. Me pregunto si querrías venir a comer a mi casa mañana por la noche.
Muchacha: Me encantaría.
Zabaleta: Uooooogh!!! Genial!!! Uoooghhhh!!! GOOOOOOOOOOOOOOOOL!!! Te espero, esta es la dirección.
Muchacha: No, esa es la palangana.
Zabaleta: Bueno, entonces esta.
Muchacha: No esa es tu entrepierna.
Zabaleta: Claro. Tomo nota... mejor la escribo acá.
Muchacha: Bueno, nos vemos.
----- -----

Lo primero que notó al ingresar al departamento de Zabaleta fue que las cosas tenían escrito con marcador un nombre. Acto seguido vio bolsas de sal. Muchas bolsas de sal apiladas en un estante. Cuando Zabaleta volvió de ocultar su desnudez la muchacha lo interrogó sobre estas cuestiones.

Muchacha: Roberto... ¿por qué las cosas tienen nombre y por qué hay tanta sal apilada en ese estante?
Zabaleta: Para lo primero ni siquiera podría intentar esbozar una explicación que pueda parecer lógica. A la segunda cuestión respondo...

----- Recuerdo de la compra de sal -----
Padre de Zabaleta: He optado por una etrategia económica distinta para darte el dinero. En lugar de darte dinero todos los meses, te voy a dar toda la plata del año junta. Es hora de que aprendas a manejar el dinero. Acá están, siete mil doscientos pesos. Invertilos sabiamente.
Zabaleta: Perfecto.
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Muchacha: ¿Y compraste todo eso de sal?
Zabaleta: ¡No! ¿Te pensás que soy idiota? compré sal sólo por tres cuartos del dinero, con el resto compré lustramuebles. Trescientos setenta y dos frascos de líquido para lustrar muebles. Los tengo en la heladera.
Muchacha: ¿A todos?
Zabaleta: No, claro que no. Sólo los que entran. El resto está en la bañera. Y no los saco para bañarme.
Muchacha: Ah, claro.
Zabaleta: Sí, sabía que te impresionaría. Bueno, suficiente charla, debés tener hambre y ya está la comida. Aprovechando esta magnífica noche de estío, cenaremos en el balcón.
Muchacha: Qué buena idea...

Zabaleta acompaña a la muchacha hasta el balcón y regresa al instante con la pizza.

Zabaleta: Bueno, ahora sí.
(Luego de unos segundos)
Zabaleta: Me olvidé de lo que tenía que hacer.
Muchacha: La pizza.
Zabaleta: Ah, sí, hacer la pizza.
Muchacha: No, hacerla no, servirla.
Zabaleta: Comprendo. Servir pizza.

Zabaleta procede, efectivamente, a servir la pizza:

Zabaleta: Una para vos, una para mí, dos para vos, dos para mí.
Muchacha: ¿Las estás repartiendo como cartas, no?
Zabaleta: Tu intelecto apunta en el correcto sentido.
Muchacha: No se reparten así. Es sólo una porción por vez para cada uno.
Zabaleta: Sí, una sola.

Zabaleta logra comprender el precepto. Al comenzar a comer notan que en el balcón aledaño está desarrollándose una reunión festiva de estudiantes universitarios, reuniones conocidas también como joda, parranda, tole tole, o bardo indescriptible y, seguramente, bastante ilegal.

Zabaleta: No puedo tolerar esto. Voy a dialogar gentilmente con ellos para que bajen el volumen.
Muchacha: No hace falta, después de comer podemos ir adentro...
Zabaleta: Sí, es necesario que lo haga, no sólo por nosotros, sino por los demás vecinos que no tienen el valor que yo tengo para hacer respetar sus derechos.

Luego de pronunciar tan solemnes palabras, Zabaleta se dirigió al departamento vecino a hacer su solicitud. Y volvió luego de una extraña demora de 15 minutos para realizar la operación.

Muchacha: ¿Por qué tardaste tanto?
Zabaleta (con notorio aliento a Fernet): No, sí, no, debatíamos unas cuestiones sobre el ámbito de reserva de cada persona y el derecho a la libre expresión.
Muchacha: ¿Qué?
Zabaleta: Nimiedades. Continuemos la velada.

Pudieron seguir unos 15 minutos más hasta que el ruido proveniente del lado se hizo intolerable nuevamente.

Zabaleta: Veo que no escarmentaron. Deberé ir nuevamente.
Muchacha: No, no es necesario, preferiría ir adentro con vos...
Zabaleta: No, claro, pero toda la cuestión esa de los vecinos que dije hace un rato. Ya vengo.

Luego de decir esto, Zabaleta salió, presuroso, hacia el departamento vecino. A los pocos segundo se comenzó a oir fuertemente su risa y su inconfundible voz enunciando frases no del todo audibles. Luego de 25 minutos Zabaleta regresa a su departamento ya en cierta forma afectado por el alcohol, bastante desalineado y con la bragueta del pantalón abierta.

Zabaleta: Me han expresado su arrepentimiento. (Produce ciertos ruidos guturales indescriptibles). No seguirán molestando.
Muchacha: ¿Estuviste tomando?
Zabaleta: Imposible. Calumnias. Lujuria. ¡Viva Urquiza, muerte al tirano!
Muchacha: Bueno, por qué mejor no te acompaño a la cama y te acuesto y...
Zabaleta: Así lo haremos. Pero luego de que haga silenciar definitivamente a los involucionados de aquí al lado.
Muchacha: Pero no importa el ruido, porque...

Zabaleta se retira, prometiendo una ausencia brevísima. Inmediatamente se lo ve salir corriendo por el balcón del lado gritando...

Zabaleta: ¡Ayayayayayayayay!
Vecino: ¡Síiiiiiiiiiii!
Amigo del vecino: ¡Nooooooooo!

Transcurrida una media hora regresa Zabaleta a su departamento, ya visiblemente borracho, ingresa y grita: "¡Aghhhhhh Ruaaaaaaaaaaaaaaa Bssssss!". Busca tres envases retornables de gaseosa y se retira nuevamente. Se lo observa salir al balcón de su vecino semi desnudo, con un casco de motocicleta en la cabeza, bailando y frotándose contra la pared. La muchacha, que sólo pretendía usar a Zabaleta como objeto sexual, se va, indignada del departamento. Y Allí queda Zabaleta, ahora con dos mujeres que se frotan en él mientras se frota en la pared y que pretenden, también, utilizarlo como juguete sexual. Sí, allí queda, una vez más ignorantemente victorioso.

F I N

5 comentarios:

4b dijo...

Bien... me pregunto cuan real es esa historia. No voy a dilucidar verdades, así que sólo pasaba a saludarlo y felicitarlo por la nueva entrega.

Anónimo dijo...

Bien.
Tal y como lo habíamos pactado:
aquí tiene su alma de vuelta. (¿Cómo olvidarlo? Creo yo que tanto festejo y tanto chupi le mata las neuronas).
Tome, buen hombre.
Siga así.

Pero ya sabe qué le pasa la próxima si no postea algo rápido, ¿eh?



(Se arma tole tole en lo de San Quintín, mi vecino...)

Ald* dijo...

Felicito al ignorantemente victorioso por otra nueva entrega.
Vamos, 4b, no se haga, que ya sabemos que formó parte de la fiesta...

Eeeh... me voy a seguir traduciendo poesíac negra...

Anónimo dijo...

hola Don zabaleta.
mire, yo estoy pensando en intimarlo a que me escriba mas historias, no pretendo que sea todos los dias, n soy el sultan de las mil y una noches y usted la simple odalisca temerosa por morir, no, no, pero te cago a patadas en el culo, me hacen bien estas historias, asi que dale viejo Z(orro)abaleta, metele, yo el jueves te ivito unos vinos, vos me escribis unas historias

Anónimo dijo...

Muy bueno viejo
Muchacha: ¿Estuviste tomando?
Zabaleta: Imposible. Calumnias. Lujuria. ¡Viva Urquiza, muerte al tirano!

jajajajajajajaa
groso
Siempre ignorantemente victorioso

Krusty

 
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