17.9.08

En la espera del Dr. Zabaleta

Estaba ya mentalizado a publicar algo. Ya tenía medio capítulo de Zabaleta escrito, así que digo "lo termino y lo publico, más de media hora no me lleva". Resulta que perdí el capítulo de Zabaleta; el hijo de un quintal de putas del ScribeFire me borró lo que tenía escrito, y claro está que no sé en qué parte del disco puse una copia ,ni cómo carajo puede llegar a llamarse. Por otra parte, yo sé que me propuse no postear nunca algo que no sea una historia de Zabaleta. Después se me ocurrió que era un buen homenaje para el aniversario de la muerte del Negro poner un fragmento de un cuento suyo. Ahora, finalmente, he decidido postear un cuento mío. Y, probablemente, este blog termine publicando fotogrtafías de travestis, si es que no pongo una ahora mismo. Así que, con la indulgencia de quién llegue a este punto sin haber ido a buscar un blog en el que haya fotos de travestis, les dejo estas poco aceptables páginas, que nunca fueron revisadas ni corregidas por lo cierto...

El de la pollera

--Yo lo veía pasar todos los días por afuera de la facultad. Para que te des una idea, está en plena peatonal. Es un lugar muy transitado, además hay muchos turistas, porque es una cuadra que es patrimonio de la humanidad. Y yo salía de dar clases a las ocho de la noche. O sea... es obvio que lo van a ver. No es que pueda decir: “están todos los pantalones sucios los llevé a lavar y me puse esto para ir a buscarlos, total nadie me va a ver”. Sí, cae de maduro que lo van a ver. Esa opción no era muy factible, pero es con lo primero que salió el Gordo apenas le conté.
-- ¿Le contaste al Gordo y no a mí?
-- Sí, te explico. El gordo está acostumbrado a que lo tomen de gil siempre, no va a salir por ahí a hacerse el vivo a costa mía, contando lo que le diga, porque se le va a dar vuelta y lo van a gastar a él. Entendeme, el tema era delicado, no le podía contar a cualquiera.
-- Pero es una boludez todo lo que estás diciendo.
-- ¡Esperá, esperá! Todavía no ves la verdadera magnitud del problema. Mirá, el tipo pasaba todos los días en pollerita al frente de la facultad. Te estoy diciendo que un tipo andaba por el medio del centro a las ocho de la noche en verano, que está más lleno de gente que en un superclásico, con una pollerita digna de una de esas minas que bailan en los programas de televisión.
-- ¡Ah la mierda!
-- ¡Sí! ¿Ves? Es complicado. Está bien, reconozco que la pollerita era a cuadritos y podía ser escocés el tipo... pero ¿y si no? ¿Si el tipo era argentino como vos o como yo? Ahí se pone jodido. Se pone jodido porque el tipo no era travesti. No es que andaba por ahí vestido de mina y arreglado como mina queriendo ser y verse como mina, con eso no hay problema. El problema es que tenía la pollerita pero estaba con sombra de barba, el pelo corto así nomás, como el del Negro, viste.
-- Claro, sí, te entiendo. Y ¿qué hiciste? Porque no te quedaste con la hipótesis del Gordo.
-- No, era una pelotudez lo que dijo. Me arrepentí ahí nomás de haberle dicho, decí que lo mandé a comprar helado y fue al toque y lo pagó él. Bueno, no importa. Después de eso le fui a preguntar a mi viejo. Siempre fue un tipo sabio.
-- ¿Qué te dijo?
-- “¡Es un escocés, pelotudo!”. Lo cual me hizo caer en cuenta de que quizá la opción más sencilla era la correcta. Sí, me había hecho tanto lío al pedo con un escocés que andaba por ahí nada más que usando su vestimenta clásica, folklórica, qué se yo.
-- Ahí está. No era tan jodido.
-- No, pará. Yo sé que mi viejo la tiene re clara en todo. Pero de esta estaba seguro, ese tipo andaba en algo raro.
-- Sí, la verdad que tenía razón tu viejo.
-- ¿Con lo de la pollera?
-- No, con que sos un pelotudo.
-- Pará, no seas atolondrado, escuchá. Agarré y lo seguí al tipo.
-- ¿Seguiste al escocés?
-- No era escocés... escuchá. Lo seguí de cerca unas cuantas cuadras. No muy de cerca, pero a unos pasos, me acercaba más en las esquinas, cuando esperaba el rojo del semáforo para cruzar. Caminé como boludo varias cuadras, mirando cómo caminaba, tratando de sacar de dónde era.
-- ¿Ahora sacás el origen de una persona por cómo camina?
-- Andá a cagar. ¿Me vas a escuchar? ¿Hablo yo o pasa un tren?
-- Dale, seguí.
-- Bueno. El tipo no daba ninguna señal de si era de acá o no. Conocía muy bien por dónde caminaba, pero un escocés puede vivir un par de meses y también se aprendería bien las calles. Después ví que le dieron un folleto y lo tiró en seguida, lo que me hizo creer que lo tiraba porque estaba en un idioma que no sabía leer, listo es extranjero. Mientras pensaba eso me dí cuenta que yo acababa de hacer lo mismo con el mismo folleto.
-- ¡Viste que sos un pelotudo!
-- Basta Tano, me cansaste. Me voy al carajo.
-- Te estoy jodiendo no te enojes.
-- Es que no podés joder con algo tan delicado.
-- Perdoná. Dale, no te interrumpo de nuevo.
-- La cosa es que cuando me estaba por volver, cuando nos frenamos en la esquina el tipo canta “Mozo, sirva un vaso más de caña”. ¿Entendés? Estaba cantando De puro curda. No hay forma que sea de Escocia si canta De puro curda en perfecto acento argentino. Ponele que sea un extranjero que le gusta el tango, ponele. Pero no les hacen escuchar De puro curda, les ponen a Piazzolla, a Gardel, a Pichuco capaz, pero nada más, un par de tangos o milongas conocidos y los mandan contentos a su casa sin conocer más que seis tangos. El flaco éste, estaba con una pollerita que de pedo le tapaba el culo, en una esquina llena de gente, cantando bajito “...yo tomo sin motivo y sin razón”.
-- ¡Uh, jodido!
-- ¿Ves lo que digo? Lo primero que se me vino a la mente fue mi viejo. Se había venido abajo su teoría del origen escocés. Un sabio, un grande, le había errado. Yo tenía razón, había algo raro.
-- Bueno, está bien. Era argentino, pero ¿a qué querés llegar?
-- Acá viene la parte jodida de la historia. Tengo un conocido que estudió diseño textil.
-- ¡Jajaja, qué putazo!
-- Sí, nosotros también nos cagábamos de risa. Ahora está en Francia, lleno de guita y se mueve las mejores minas de Europa.
-- Ah, bastante bien la hizo.
-- Ya creo. Es un flaco que conocí cuándo estaba viajando a inscribirme a la facultad, él se iba a inscribir a diseño textil. Yo me las re creía, porque iba a ser abogado, y ese boludo estudiaba esa pavada. Me daba charla el flaco en el colectivo, y yo le contestaba dos pelotudeces y no le deba bola. Hasta que hablando un poco más me di cuenta que era buen tipo, que estudiaba eso porque la madre era costurera y a él siempre le atrajo lo que ella hacía. Qué se yo. Bueno, ahí cambiamos los mails y nos escribimos un par de veces. Nos vimos también en algunas fiestas de un amigo en común. Y siempre el mejor de los tratos. Muy piola resultó ser, y parece que me apreciaba bastante. Un día volvió de Europa a Argentina y me llamó (yo le había dado el teléfono celular por mail) para tomar un café y charlar. Él ya me había contado que estaba trabajando en Europa y que le estaba yendo bastante bien. Y bueno, acepté para verlo y charlar un poco en persona.
-- Te quería empomar.
-- No seas tarado. Ya te dije que se mueve a las mejores minas de Europa, no es puchero. ¿Dónde me quedé? Ah, nos juntamos en el bar del Monse, pedimos unos licuados porque hacía calor.
-- ¿Licuados? Ah, bien putos los dos.
-- Pará boludo. Se puso a hablar de la moda y qué se yo de esto y lo otro. Y una de las cosas que él dijo es que hay diseñadores que le pagan a algunas personas para que salgan en las ciudades grandes con ciertos diseños de ropa que después se van a usar pero que ahora son más feos que una patada en el medio de las pelotas. Es cómo que van preparando a la gente para que se acostumbre a ver eso, que les entre de a poco.
-- Te zanateó lindo tu amigo el puchero.
-- ¿Qué zanata? ¿No te das cuenta de que puede ser? El mundo de la moda mueve mucha guita. Les pagan a estos salames para que anden por ahí vestidos de boludos para que después nosotros compremos eso cuando salga. Y el tipo de la pollerita era uno de esos. Un espía al servicio de la moda. Nos estaba inculcando, de a poco, el uso de la minifalda a los hombres.
-- Pero esa es una idiotez de un calibre más grande que la que dijo el Gordo.
-- Vos te reís, pero podía ser. La cosa es que yo estaba asustado porque tengamos que usar minifalda. ¿Te das cuenta? ¡Minifalda!
-- Y pero si no querés no la usás y listo.
-- No, ¿no te das cuenta? Es como esas mallas floreadas, ¿te acordás? Al principio parecían inmundas, pero después, sin darte cuenta, tenías una malla así, y una camisa... ¡hasta un reloj floreado me compré yo! Mirá si no iba a terminar con pollerita.
-- Y bueno, si la usás es porque te gusta y listo.
-- No, no da. En ese momento me va a gustar por la influencia de la nueva moda, no voy a ser yo, voy a estar cegado por la vanidad. Éste soy yo, lúcido, diciendo que usar minifalda es de mina. Me daba miedo.
-- Y bueno, ya está, aceptalo, va a ser más fresco que los pantalones largos. Tenés las tarlipes más en contacto con el aire.
-- No importa eso. Yo tenía miedo de tener que usar pollera. Y decidí seguir de nuevo al tipo.
-- ¿De nuevo? Ya te había empezado a gustar la cola del muchacho.
-- No, tenía que hablar con él. Preguntarle si estaba pagado por los diseñadores o algo así. Así que agarré otra tarde que salía de la facultad y lo seguí, después de caminar unas cuadras junté fuerzas para frenarlo. Lo paré y le dije:
-- Me gusta tu culo. ¡Jajaja!
-- Tano, te estoy por revelar el meollo de la cuestión y vos te cagás de risa.
-- Ah, cierto que era importante, dale.
-- Le digo: “te tengo que hablar, viejo”.
-- ¿Y qué dijo?
-- Me dijo: “sí, ya sé por qué es”. Me quedé helado yo. El tipo era vidente.
-- No, idiota, es obvio que era por la pollera. Si parás por la calle a un tipo que tiene una verga en la frente y le decís “hay algo que me llama la atención”, no son los ojos, seguro.
-- Bueno, Padre Brown, perdoname. Me pareció eso en ese momento. La cosa es que el tipo aceptó hablar. Lo invité a un café y vino de buena gana. “¿Querés saber por qué lo hago?”, me dijo. Asentí con la cabeza nomás. “Es mi forma de protesta social”, contestó.
-- ¡Uh! Lo que faltaba, es Nelson Mandela el tipo.
-- No, callate Tano, sos un ignorante. La tenía clarísima el tipo. ¿Sabés contra qué protestaba?
-- ¿Contra los pantalones náuticos?
-- No, bestia. Contra el establishment. Él se representaba la lucha así. Era como un pequeño atentado contra la sociedad establecida, contra nuestros pobres valores de decencia y dignidad, que avalamos mientras vivimos haciendo la guerra. Contra eso peleaba.
-- Otro que te zanateó.
-- No me zanateó. Lo bien que la hizo. Mirá cómo la peleó. Por lo menos él hace algo. Anda por ahí con pollera y asusta a boludos como yo que tienen miedo de que no les guste la moda. Y él lleva su estandarte de lucha.
-- Anda en bolas, bah.
-- Sí, anda en bolas. Pero único y libre. Lo admiro.
-- ¿Qué fue de la vida del tipo?
-- No sé. Desde ese día, siempre que pasaba me saludaba. Yo lo saludaba orgulloso. Pero de golpe dejó de pasar, ahora hace rato que no lo veo. Se debe haber vuelto al sur, creo que era de un pueblo del sur. Yo no lo ví más. Busqué en internet “tipo con pollera”, pero solamente encontré un montón de páginas de travas.
-- ¿Tenés alguna todavía?
-- Sos una bosta Tano, ¿no te importó nada la historia?
-- Sí, estuvo bueno, pero ¿a qué venía?
-- Este sábado, tipo ocho y media de la noche andá a la peatonal, a la altura de la facultad y fijate quién pasa con pollera.

F I N

7 comentarios:

Ald* dijo...

Eh!
Prometo leer pronto, pero
PARA CUÁNDO LA FOTO DEL TRAVESTI?!!
vamos! vamos!
miren que pongo hipervin culos
(me anda mal la barra espaciadora, gente...)

y... DÓNDE MIER--- SE METE LA GENTE? COBARDES!
PASARON 10 Y NO COMENTA NINGUNO.

basta ya de mayus culas
(oh, maldita barra espaciadora)

Yo no soy Ald*, eh?
Saludos.
Vuelvo con más en breve.

Anónimo dijo...

ESTUVO GENIAL!!! No se que es mejor, si la originalidad, el mensaje o el hecho de que aunque este tiene una clara moraleja me sigo cag@ndo de risa. Prometo volver a comentar cuando lo lea otra vez.
Cada vez me sorprenden mas tus facultades.

Ald* dijo...

¿Cuántas facultades? [HDPs]

Todavía no leo...
[ooleeeee]

Pero ahora me toca comentar sobre
la encuesta.
Momento...
¿es anónima?

Que conste que elegí la del porno porque no me dieron la opción de elegir otras más.
(Y bué...siempre hay que sacrificar)

ShaluT.-

nico dijo...

yo uso cabeza grande porque estoy contra las homosapiens

Anónimo dijo...

Solo la ignorancia salvara al hombre

Ald* dijo...

Finalmente me pongo al día acá.
Che, PAA, quiero moraleja.

Ald* dijo...

¿Bueno?
¿Alo...?

 
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